Los talibanes nombraron al mulá Mohammad Hassan Akhund, socio del difunto fundador del movimiento, el mulá Omar, como jefe del nuevo Gobierno de Afganistán y al cofundador de los talibanes, Abdul Ghani Baradar, como el número dos del nuevo Ejecutivo.
El nuevo ministro del Interior, Sarajuddin Haqqani, hijo del fundador de la red Haqqani, está señalada como organización terrorista por Estados Unidos y buscado por el FBI.
El jefe del nuevo Gobierno de Afganistán, el mulá Mohammad Hassan Akhund, es miembro de la cúpula dirigente de los talibanes desde hace dos décadas y uno de sus fundadores. Fue ministro de Relaciones Exteriores y luego viceprimer ministro durante el último Gobierno de los talibanes de 1996 a 2001.
Los anuncios de este martes por parte de los talibanes recrudecerán muy probablemente las manifestaciones que han tenido lugar en las calles de Kabul y otras ciudades en los últimos días, como una señal de desafío de muchos afganos contra el movimiento islamista de línea dura que llegó al poder el mes pasado, tras la retirada de las tropas de Estados Unidos y la OTAN.
Incluso, las mujeres han salido a manifestar en contra de un nuevo Gobierno al que poco le creen, pues las promesas de respetar los derechos ganados en los últimos veinte años y la participación de ellas en el nuevo Gobierno son poco fiables con el regreso de un movimiento que, en el pasado, reinó de manera brutal y represiva.
Pero, los nuevos gobernantes de Afganistán se han comprometido a ser más “inclusivos” que durante su primer período en el poder, con un Gobierno que representa la compleja composición étnica del país, aunque, por la estricta Ley islámica o sharia, es poco probable que se incluya a las mujeres.