MURALES DE LA DISCORDIA: ESTA VEZ LE TOCÓ A EGAN
El arte urbano tiene dos grandes enemigos: el paso del tiempo y la polución. Pero su gran destructor es el vandalismo que ataca sin avisar y casi siempre amparado por la oscuridad, por el tumulto, intentando mantener el anonimato de su ejecutor confundiéndose entre muchos.
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