Los recortes que la presidencia argentina en cabeza de Javier Milei ha hecho a las provincias (departamentos), del país, tiene a los gobernadores de éstos enfrentados con el líder libertario que en menos de dos meses de posesionado enfrenta al congreso, a los sindicatos y a sectores amplios de la población. Ante los reclamos de varios gobernantes de provincia, Milei los ha llamado “degenerados fiscales” y los ha acusado de querer bloquear sus reformas no solo desde las regiones sino desde el congreso. En ninguno de los dos escenarios, el partido de gobierno tiene mayorías. Es más, no tiene un solo gobernador siquiera cercano a su partido.
Las gobernaciones reclaman a Milei que el ajuste les haya disminuido las transferencias de la nación a sus territorios que en muchos casos constituyen la mayor parte del presupuesto local. Varias de ellas, han acudido a la justicia buscando la protección legal de lo que consideran es un derecho. Otras como La Rioja, han amenazado con la creación de una moneda propia y Chibut alertó sobre el posible corte en el suministro del gas y del petróleo que su región proporciona.
En menos de 3 meses de posesionado, los índices de pobreza y de pobreza extrema más el crecimiento de la inflación, señalan que la “libertad” ofrecida por Milei no era tan buen negocio. Hasta ahora, por lo menos.