La más importante contratación del fútbol colombiano en varias décadas se dio hace pocos días cuando el mediocampista Juan Fernando Quintero confirmó que jugará con el Junior de Barranquilla.

La novela de su contratación tuvo varios capítulos que incluyeron visita del jugador a la ciudad, rumores respecto a que otros equipos lo contratarían, trinos de ambas partes anunciando el fracaso del negocio para, por fin, terminar en el aviso confirmando que Quintero llevará la 10 del Junior, la que lució en el Metropolitano ante 40 mil aficionados que asistieron a corear su nombre sin importarles los casi 40 grados de temperatura.

“Estoy donde quiero estar, esa pasión me lleva, me transmite. Acá estoy. Agradecer a la familia Char, a todas las personas que hicieron parte de esta negociación, saben lo duro que fue, pero con mucha esperanza de conseguir todo lo que queremos, ustedes en la tribuna y nosotros en el campo«, dijo Quintero en el estadio.

Quintero viene de jugar en River Plate donde protagonizó entrando desde el banco, el triunfo que le representó a su equipo ganar la Copa Libertadores jugada en Madrid luego de los líos que se presentaron en Buenos Aires cuando su rival Boca Juniors llegaba al estadio para disputar el juego de vuelta. Un golazo desde el borde del área para el segundo gol y un pase magistral para el contragolpe que terminó en el tercero, convirtieron al 10 colombiano en figura para los hinchas de River.

Juanfer, de 29 años, ha jugado además con Envigado, Nacional, Pescara de Italia, Porto de Portugal, Rennes de Francia, Independiente Medellín y Shenzen de China.

La familia Char, propietaria del equipo, de las cadenas de supermercados Olímpica, de las droguerías y cadena radial del mismo nombre y caciques políticos del Atlántico, hacen una apuesta de altísimo costo trayendo a Quintero. De paso, le apuntan a que el éxito del Junior se convierta en simpatía electoral frente a las elecciones de este año.

Aunque al final de la presentación en el estadio, algunos de los 40 mil asistentes terminaron a los golpes…

Habib Merheg Marún