La revista CAMBIO reportó que, según lo afirmado por uno de los contratistas a cargo de administrar los cementerios públicos de Bogotá, en sus hornos crematorios habrían sido incinerados algunos cadáveres de personas desaparecidas durante el paro de 2021.
Sergio Vanegas afirmó, además, que entregó 1.500 millones de pesos a funcionarios de la Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos (UAESP), para conseguir que le dieran el contrato del cementerio de Ciudad Bolívar.
“(…) pudieron llegar unas 300 personas, que llegaron, se cremaron y nadie dice nada, o sea, no hay una documentación”, revela Vanegas en la revista. “Pasaba un caso, del cual fue sindicado un general de la Policía que desaparecía ciudadanos e iba y los dejaba allá…” narró a CAMBIO.
Una afirmación como la de Vanegas hubiera significado un escándalo mediático y judicial en cualquier parte del mundo. Pero en Colombia, los medios le han dado poca o nula difusión. Pareciera que afirmar que 300 personas pudieron incinerarse de forma irregular, fuera lo más normal del mundo.
Si el señor Vanegas está mintiendo, el tamaño de su mentira también debería convertirse en noticia. Nadie puede ir por la vida así no más, acusando a la policía de desaparecer cadáveres en cementerios públicos.