Las redes tuvieron la oportunidad de ver un vídeo en donde los empleados de Rappi, en Perú, se comían parte de una pizza y fueron juzgados duramente por los usuarios de las redes y terminaron despidiendo a los dos emprendedores (porque no se les puede llamar empleados, porque no reciben sueldo, ni prestaciones, ni salud, ni nada de lo que exige la ley). ¿Pero cuál es la verdad detrás de la historia? Aquí les contamos.

El pedido que llevaban no llegó a su destino porque el cliente canceló la orden, eso implica para los emprendedores, regresar la pizza a su lugar de origen y no recibir la compensación justa que deberían recibir por sus servicios.

Como si fuera poco, esa pizza es deliberadamente tirada a la basura porque una vez se enfría no hay manera de venderla. La pizería deberá asumir esa pérdida y lo que no es comprensible, es que sabiendo que será arrojada a la basura, los empleados no puedan darse un pequeño gusto (nunca se la comieron toda, solo pequeños pedacitos) de saborear una comida que va directo a la basura.

No es el objetivo justificar las acciones de los emprendedores de Rappi, ni más faltaba, pero tampoco es justo que tiren a la basura la comida y aparte de eso los emprendedores no reciban la compensación adecuada.

¿Está usted de acuerdo en que
esos domicilios de comida
cancelados puedan ser usados
por los emprendedores como
parte de su pago?

Director: Habib Merheg Marún