Opinión: Kico Becerra

El país vallecaucano está rabioso y la rabia es la antesala de gravísimas acciones.

Estamos rabiosos por el desmadre de un paro que, comprendimos en su origen, porque vemos las razones objetivas del descontento y la necesidad de corregir muchas cosas.

Estamos rabiosos porque el paro se convirtió en la toma vandálica de nuestro territorio mestizo y pluriétnico, por parte de una sola etnia, que nos invadió arrasando con todo en su camino y nos tiene sitiados por hambre.

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Estamos furiosos porque el gobierno central nos volvió a demostrar que le importamos un bledo; ya lo había hecho con detalles, como robarse los peajes del departamento y dejar destruir nuestras vías por falta de mantenimiento.

Estamos furiosos, porque frente al sitio a que nos tiene sometidos una etnia, el presidente, en lugar de venir a mostrar que representa la nación, no ha sido capaz de hacer presencia; nos mandó a un General para que nos liberara a sangre y fuego, como si fuera un asunto de guerra y no un problema político social.

Estamos furiosos porque los únicos que tienen derechos son los que nos bloquean y los otros no tenemos ningún derecho distinto a la paciencia y sumisión con los que nos atropellan.

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Estamos furiosos porque los líderes regionales lo único que hacen es conceder privilegios a quienes nos invadieron y mostrar como éxito las capitulaciones que sumisos aceptan.

Estamos furiosos porque nos convertimos en tierra de nadie y el País nos mira como si no fuéramos colombianos; somos hoy por hoy el solar de la viuda donde todo el que quiera entra a depositar sus excrementos.

Estamos furiosos porque estamos secuestrados y no ha habido un solo líder, que se atreva a venir aquí, para encabezar nuestra liberación del acorralamiento a que estamos sometidos. Todos los candidatos a la presidencia, desde Bogotá, opinan, no hay un solo corajudo que venga y se ponga al frente.

Estamos furiosos y a punto de estallar, esto ya se pasó de castaño a oscuro; la furia contra los que nos tienen secuestrados está a punto de volverse irracional y, seguro que, nada bueno saldrá de ahí.

Estamos rabiosos porque, ante la falta de líderes valientes y no arrodillados ante los invasores, los ciudadanos del común ya empezaron a revelarse y a cerrar las vías que solo están libres para quienes desde el sur vienen a saquear y asediarnos con sus bloqueos.

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Ante la falta de capacidad de diálogo de quienes nos invaden y del abandono a nuestra suerte, por parte del gobierno nacional, nuestra región está a punto de comenzar una sangrienta y atroz guerra civil.

A los que me leen y se sienten oprimidos y rabiosos, por el criminal bloqueo a que estamos sometidos, por los indígenas caucanos y su vandálica turba, los invito a poner un letrero en sus casas, en sus vehículos y en las motos que diga:

ESTAMOS SECUESTRADOS. DESBLOQUEO YA.

Ñapa: gracias al bloqueo la carne subió el 30% y el mercado en general el 40 %.