Por Mauricio Marulanda
La política no sólo es dinámica en Colombia, sino en todo el mundo y un claro ejemplo de ello, es Donald Trump, quien después de haber incitado a los republicanos para evitar la caída de su reelección, decide recular y salvar su pellejo ante la posibilidad de ser expulsado de la presidencia.
:quality(70)//cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/semana/CBL3BQ2YVBBEFMTRWCMCQ3EAQA.jpg)
Para Donald Trump, las elecciones en Estados Unidos fueron un fraude y desde entonces ha reclamado ante el cuerpo electoral y la Corte Constitucional, acusando a Joe Biden de haberle metido mano a las decisiones.
Su afán por mantenerse en el poder lo llevó a incitar a sus seguidores a presentarse en el capitolio para rechazar la decisión de proclamar como nuevo presidente a Biden. A través de las redes sociales, Trump invitó a los miembros de su partido, a hacer presencia en el capitolio para protestar por el fraude.
Lo extraño del asunto, es que entrar al capitolio no es cosa fácil, incluso decenas de películas de Hollywood, han producido películas en donde mercenarios extranjeros intentan ingresar al lugar y se muestra como una tarea casi imposible, pero la realidad fue que sólo con empujones lograron los manifestantes ingresar sin mayor problema y tomarse el lugar generando un caos sin precedente en la historia de ese país.
No existe una explicación lógica, de la manera tan fácil en que ingresaron los protestantes vestidos de vikingos, que durante varias horas se tomaron el lugar hasta que por fin y después de disparos, se logró recuperar la calma.
Curiosamente entre los manifestantes, no se detecto la presencia de ningún manifestante de raza negra, se trataba de un acto provocado por la supremacía blanca y es evidente que recibieron ayuda y algunos se atreven a asegurar que dicha ayuda llegó directamente del despacho oval, o sea ayudado por Donald Trump.
Debo preguntarme ¿Qué hubiera pasado si los protestantes hubieran sido negros, latinos o musulmanes? ¿Los hubieran tratado igual? Lo más seguro es que no y los resultados serían muy distintos.
Durante la toma del capitolio, el presidente Trump mantuvo distancia y no hizo pronunciamiento alguno, es más, existen fotos del mandatario mostrando un rostro de satisfacción por los eventos ocurridos.
Ante lo ocurrido y tras la evidencia tan clara del apoyo de Trump a los manifestantes, los congresistas evaluaron la posibilidad de usar la Enmienda 25 de la constitución, para declarar a Donald Trump como persona incapaz mentalmente de dirigir la nación. De seguir adelante con este proceso, podría lograrse la destitución del presidente por tener las facultades mentales para dirigir el país y sería reemplazado por su vicepresidente.
La seriedad del asunto prendió las alarmas de los asesores de Trump, quienes aconsejaron al presidente a tomar medidas estrictas contra los manifestantes para limpiar su imagen y evitar que siga adelante el proceso de destitución.
Así las cosas, Donald Trump le dio la espalda a sus seguidores y ahora segura que su país tendrá una transición pacífica y cooperativa, mientras los entes de control y fiscales se encargarán de impartir justicia para los manifestantes que participaron en la toma del capitolio. En otras palabras los abandonó en medio de la lucha.
Así como Poncio Pilatos se lavó las manos, Donald Trump se desligó de todo vínculo con sus seguidores y los dejó a la deriva. ¿Será que desde Colombia alguien estaba asesorando a Trump?
Mauricio Marulanda
