Opinión: Kico Becerra

Voy a escribir de algo medio impúdico, de algo que empezamos a sentir los hombres y las mujeres, algunos desde antes de la pubertad, de todas las razas, credos y condiciones sociales. Hasta el Papa lo siente.

Esta sensación tan humana, aunque es a veces vergonzante, aparece a diario en todos los anuncios de radio, TV y hasta en Netflix.

Todos los días se crea una nueva pastilla, un jarabe y hasta efervescentes para distraer esta sensación aunque, está comprobado que, no desaparece sino después de tres meses de muertos.

Les voy hablar de la puta agriera, la acidez, el reflujo o gastritis que llaman.

Al principio de la vida solo da cuando se ha tenido algún exceso alimenticio o alcohólico.

El guayabo (resaca) que es la antesala del infierno, es una agriera esparcida por todo el cuerpo que, llega al cerebro. Por eso es tan grave.

Con los años, la agriera nos da con ver anuncios de alimentos, con tomarnos un vaso con agua, inclusive con la hostia de comulgar.

He tomado durante mi existencia varios remedios para combatirla y he fracasado. Recuerdo algunos:

Bicarbonato, sal de frutas lúa, Alka-seltzer, leche de magnesia, Pepto-Bismol, Mylanta, Milpax, Maalox, Gelusil, Rolaids, Tums, Bonfiest, Gaviscon…..

Caseros como limón con sal, pepino, banano, leche de avena, leche de chiva, hasta leche de ballena blanca…..

Cúrcuma, gengibre, sábila en todas sus formas, banano maduro, rábanos, brócoli…..

Naturalmente, Omeprazol, Esomeprazol ventiado, Pantozol, Pantoprazol, Tecta (arruina ricos), Nexium y afines.

Mamado de esta infinita agriera, acudí a mi yerbatero de Matapalo (Palmira) y me sentenció: «Esa es una enfermedad desleal, pérfida, ha hecho quedar mal a muchos colegas. Yo por eso la ataco a traición y alevosía, receto supositorios de pepas molidas de níspero y aceite de aguacate».

Ante esa amenaza, estoy pidiendo cita donde el sabio Dr. Ocampo.

Ñapa: Abro concurso para alimentos que dan agriera. Comienzo con chorizos de carretera, los famosos no me olvides o novenarios, garantizan 9 días de reflujo, oloroso.

Director: Habib Merheg Marún