Las más afectadas son Bogotá, Barranquilla y Cali, pero hay reducción en Medellín y Bucaramanga.

Con la amenaza de tener un revólver o un cuchillo apuntando a la cabeza del conductor, mientras otra persona, también armada, amedrenta a los pasajeros, el pánico en las ciudades de la costa Caribe por los asaltos en buses viene en aumento, mientras en otras, como Medellín y Bucaramanga, este delito está siendo controlado por las autoridades.

De hecho, en los primeros meses del año hay casos que preocupan a la ciudadanía, como el de la niña de 3 años que falleció el pasado 23 de marzo en Barranquilla por el disparo de un presunto delincuente en medio de un atraco a un vehículo de transporte público, cuando uno de los pasajeros se opuso al hurto.

De acuerdo con los registros de la Policía Nacional, en el primer trimestre del año van 450 denuncias por este tipo de robo en el transporte público en seis ciudades (Barranquilla, Santa Marta, Cartagena, Medellín, Cali y Bucaramanga). Esto significa que hay un aumento frente al mismo periodo de 2018, cuando se presentaron 398 casos. El hurto en buses con elementos cortopunzantes o armas de fuego dejó el año pasado 2.404 reportes, según las autoridades.

En Bogotá, según datos de la Policía, se reportan entre enero y febrero 2.898 hurtos en buses alimentadores y en las troncales y en las estaciones de Transmilenio, para un aumento de entre 35 y 39,3 por ciento frente al mismo periodo de 2018