La anorexia nerviosa (AN) está catalogada dentro de los trastornos de salud mental y combina una compleja mezcla de factores tanto biológicos como mentales que llevan a quien la padece a mantener una lucha con los alimentos al punto de poner en riesgo su vida por la carencia de los nutrientes mínimos que el organismo exige.

La visión distorsionada de su cuerpo les impide ser conscientes del daño que se autoinfligen y de cada 100 personas que la padecen, pueden morir entre 10 y 20 por enfermedades asociadas a la falta de ingesta de alimentos.

Lo más complejo de la AN es que involucra fuertemente aspectos emocionales y los pacientes establecen con la comida y el control sobre ésta una especie de lucha en un intento de compensar aspectos de su vida que ven como insoportables y de solución imposible.

Las causas iniciales de la AN incluyen factores de tipo sicológicos como depresión, ansiedad, baja autoestima y de tipo interpersonal como relaciones familiares conflictivas, complejos por el aspecto físico y dificultades para expresar sentimientos.

Los factores sociales y de comunicación que ponen en un pedestal a las personas de figura delgada por sobre las que no la tienen y los factores biológicos que incluyen desbalances de ciertas sustancias a nivel cerebral, completan el cuadro dentro del cual se desarrolla la AN.

La AN no se produce de un momento a otro. Se desarrolla durante varios meses en que señales como el rechazo a la comida, la renuncia a los carbohidratos y la pérdida rápida de peso sin motivo aparente, son las primeras señales que deben prender las alarmas del círculo familiar para acudir en ayuda de quien la padece antes de que caiga en el remolino infinito que la Anorexia Nerviosa puede causarle.

Habib Merheg Marún