A través de una llamada telefónica, el caleño Johan Sebastián Guerrero relató el drama de siete colombianos condenados a 25 años y que están en una cárcel de Shanghái, en China. Varios de ellos están muy enfermos y uno padece de cáncer.
La realidad supera la ficción. Los grupos dedicados al narcotráfico son los responsables de los reclutamientos de ingenuos ciudadanos, a los que se les hace creer que pasar drogas a otro país es la cosa más sencilla del mundo y es justo ahí cuando cientos de soñadores caen en el engaño y son atrapados en distintos países y condenados a severas sentencias, que en algunos casos podrían llegar hasta la pena de muerte.
Así es el caso de un centenar de colombianos presos en China, a quienes los condenaron por el intento de ingresar drogas a la potencia de Oriente. El gobierno chino es bastante rígido en materia de narcotráfico y sus condenas pueden ir hasta la pena de muerte, acorde al criterio de los jueces militares.
Si bien, es claro que los presidiarios tienen derechos en todo el mundo, debemos recordar que China es gobernado por un sistema comunista, el cual sanciona de manera contundente todos los delitos relacionados con el narcotrafico y no es nuevo para ningún ciudadano colombiano que lea los diarios o vea las noticias.
El presidio de Qingpu ha sido considerado por años como una de las prisiones más severas del mundo y una vez dentro, las leyes de China no tienen misericordia o respeto alguno por aquellos que violan la ley, en especial si se trata de tráfico de drogas.
En cárceles de China hay cerca de un centenar de colombianos, buena parte de ellos oriundos del Valle del Cauca y el Eje Cafetero, personas que a sabiendas de los riesgos que representaba su viaje para coronar una mercancía, hoy se ven presos del destino, sufriendo condenas fuertes bajo circunstancias propias de un país comunista. No hay piedad para con ellos, al gobierno chino sólo le importa una cosa: Sentar un precedente para aquellos que a futuro crean que podrán evadir las leyes y hacer actos ilegales sin el peso de la ley.
Las nuevas generaciones, aquellos que piensan equivocadamente que pueden tomar el riesgo por un par de miles de dólares, deberán reconsiderar sus opciones y entender que una vez fuera de su país, las circunstancias y las leyes son muy distintas y que sus delitos, no sólo les pone en riesgo su futuro, sino el sufrimiento de aquellos que por amor ven desde la distancia con dura condena y las condiciones a que son sometidos sus familiares.
Director: Habib Merheg Marún
