El juicio contra el granjero mexicano comenzó el 15 de marzo de 1993 y terminó el 20 de abril del mismo año con la condena a la pena capital en San Quintín, la única cárcel del estado de California que cuenta con el llamado corredor de la muerte.

A la justicia le tomó menos de un mes y medio en hallarlo culpable, pero fueron 19 años los que tardó Cristina Bordé en probar su inocencia.