Con el pitazo que anunció el fin del partido entre Francia y Marruecos estalló en todo el país europeo una celebración en la que los aficionados se lanzaron a las calles de París y de otras ciudades no solo con banderas del país galo sino con insignias marroquíes que celebraban por igual el resultado del partido.

La fiesta se vio manchada por la muerte de un joven de 14 años en Montpellier luego de ser atropellado por un carro que se dio a la fuga y fue abandonado kilómetros después. Además, por el intento de algunos ultraderechistas que quisieron convertir la celebración por el triunfo en el fútbol en una manifestación política.

La policía arrestó a 145 personas en París muchos de los cuales portaban armas prohibidas. En el resto del país hubo alrededor de 100 detenidos más.

La final del Mundial entre Francia y Argentina el próximo domingo, hace que la policía prepare un dispositivo de seguridad mucho más exigente que el que se diseñó para la semifinal. Si Francia gana la Copa se necesitarán muchos más que los 10.000 agentes destinados ayer en todo el país.

Habib Merheg Marún