Opinión: Kico Becerra
En mi periplo por estas mágicas tierras del Asia menor, llegué a Estambul para seguir a Uzbekistan.
De la misteriosa, embrujadora, inescrutable y siempre encantadora Estambul, les hablaré en estos días. Solo adelanto que cada vez que vengo me gusta más.
Me toca referirme a las noticias que trascienden de Colombia; la más triste, sin duda, es la de los asesinatos de varios candidatos a las alcaldías; que mala imagen genera esto en el exterior.
De la proyección de un país que buscaba la paz, ahora nos ven nuevamente en guerra. Ya se está hablando por estos lados en empezar a ponernos nuevamente visas; que zoquetes somos.
La otra, la revelación de que el grandulón del procurador Carrillo fue, hasta unos días antes de su posesión, empleado de Sarmiento Ángulo. Sin duda esto nos demuestra quién es el dueño del País. Cipote guardado nos tenía este adalid de la lucha contra la corrupción; ¡muérgano! dirían los viejos.
La renuncia del excéntrico alcalde de Bucaramanga, por «estricta» investigación de la procuraduría, nos deja a todos un saborcito a politiquería. De todas formas, este personaje dará mucho de que hablar cuando sea candidato presidencial y pida protección de la Corte Interamericana, como cualquier Petro.
Se especula por aquí la inminente renuncia de presidente Uribe al senado; porque se lo pidió la familia; no por miedo a la Corte Suprema, como creen sus enemigos. Además, está mamado de que lo insulten donde vaya: «o se callan o los callamos».
Ñapa: Cómo no estar de acuerdo con Armitage, cuando dice que invertir en educación no da votos pero, sí es el camino de la equidad social. Felicitaciones a él y su magnífica secretaria de educación Luz Elena Azcárate; si yo fuera el próximo alcalde la dejaría ahí.
Ñapita: En la sentencia de la senadora Merlano, anuncian otras condenas como la de Char y Gerlein. Esto va para todos los congresistas de Barranquilla; acuérdense de mí.
