Brigitte Baptiste estaba en la búsqueda de un cambio en su vida profesional desde hace varios meses. Los años que pasó al frente del Instituto Alexander von Humboldt –dice ella– fueron suficientes para construir una agenda que le permitiera a Colombia navegar por el sendero de la protección del medioambiente.

Esta bióloga, de 55 años y con una maestría en Conservación y Desarrollo Tropical de la Universidad de la Florida (Estados Unidos), ha sido una figura significativa en las discusiones ambientales del país.

Una década atrás, su posicionamiento en el instituto marcó un precedente como una mujer transgénero. Hoy, lo volverá a repetir, pero desde la academia, donde ya había estado antes de vincularse al Humboldt. Dictó Ecología en la Javeriana. 

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Brigitte ahora tiene el reto de dirigir la Universidad EAN, una institución privada en cuyo ADN está la formación de administradores de empresas y de emprendedores. Por eso su objetivo será fortalecer esa visión, pero a través de una de sus pasiones: la sostenibilidad.

Estuvo en el Instituto Humboldt por más de 10 años, ¿Por qué tomar la decisión de dejar una de sus mayores pasiones e irse a la rectoría de la Universidad EAN?

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«Fundamentalmente por lo que tú mencionas. Diez años son suficientes para desarrollar una agenda estratégica para evaluar, ajustar y contribuir. Ya se cierra un ciclo familiar y personal. Desde principios de este año estaba en busca de nuevos horizontes».

El instituto está en muy buenas condiciones y no dejamos ningún chicharrón.

Cuando la universidad consideró mi nombre lo miré con buenos ojos. Hemos llegado a un acuerdo muy interesante de trabajo, y aunque no es un trabajo de bióloga, sí es un trabajo de ecóloga, pues desde la universidad voy a garantizar los insumos para los temas de emprendimiento sostenible.

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¿Es usted la primera mujer transgénero en ser rectora de una universidad en el país?

Me lo han preguntado varias veces y no he logrado saberlo. Sería bueno el dato; creo que sí.

Si fuera así, ¿Qué significa eso para usted y para la comunidad LGBTI? 

Indudablemente es una señal de que los tiempos están cambiando, de que estamos logrando el cometido de construir una cultura mucho más polifacética y más respetuosa. Es un mensaje de que todas las personas, independientemente de su identidad de género, tenemos que capacitarnos para ocupar cualquier puesto en la sociedad.

Visto en términos de la reacción mediática y de la solidaridad que me han expresado, por supuesto tomo conciencia de que es un momento muy importante en la historia de nuestro país y muy significativo para la academia. Es una señal de que en Colombia se puede ser distinto. 

Usted asegura que la mejor lección de la naturaleza es proteger lo anómalo, porque allí es donde la evolución ha generado respuestas. ¿Cómo persuadir esa idea desde el campo universitario, en una sociedad en la cual todavía no se aceptan otras orientaciones sexuales?

Es una perspectiva inspiradora en el sentido de que la naturaleza está produciendo diferencia todo el tiempo, la está evaluando y probando para ver qué tanto funciona como respuesta adaptativa a los retos de la existencia.

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De hecho, la sociedad también está todo el tiempo innovando y proponiendo formas diferentes de hacer las cosas. Es curioso que la educación haya ido en contra de la homogeneidad y haya promovido los dogmas y la estabilidad, en vez de entender el papel que juega el cambio. 

Por eso todas las diversidades étnicas y sexuales son absolutamente fundamentales para desarrollar esa capacidad de innovación y adaptación. Vamos a tratar de resolver esa paradoja histórica de que todo el mundo quiere innovar para triunfar, pero nadie quiere innovar para no sentirse raro.

Cortesía El Tiempo

Director: Habib Merheg Marún