Hay preocupación en la población fronteriza de Rubio, municipio Junín, ubicado a 43 kilómetros de Cúcuta, luego de que las casas de 11 dirigentes políticos de la oposición venezolana y una iglesia, fueran marcadas con pintas de color rojo con la sigla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y una cruz.

Simultáneamente fueron enviados panfletos por debajo de las puertas de las fachadas marcadas amenazando de muerte a dirigentes políticos.

Los hechos ocurrieron en la madrugada del miércoles 24 de abril, y el frente “Gustavo Villamizar”, del Eln, se los atribuyó. Se destaca que en el comunicado amenazan, puntualmente, al sacerdote de la parroquia Santa Lucía de Rubio, el padre Richard García.

Ante esta amenaza, el Obispo de la Diócesis del fronterizo estado Táchira, monseñor Mario Moronta, dijo que la acción es “una forma de amedrantamiento contra personas que tienen el derecho de pensar distintamente al ejecutivo y sus a seguidores”.

El alto prelado católico manifestó que los hechos reflejan el alto grado de indefensión de los ciudadanos venezolanos ante el Eln. “Nos preguntamos ¿dónde está la presencia de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana que debería proteger a la ciudadanía ante los embates de cualquier tipo de grupo irregular? Esperamos un pronunciamiento del Ministro de la Defensa, de los Comandantes de la Región de Defensa Integral y de la Zona de Defensa Integral de Táchira. Ellos serán los responsables de lo que les pueda pasar a esos ciudadanos”, agregó monseñor.

Mariela Betancourt, coordinadora del Frente Amplio, agrupación que aglutina las fuerzas políticas de oposición, hizo un llamado a las autoridades para que cumplan el deber de proteger a los ciudadanos. “Siento terror que cumplan la amenaza porque durante las protestas del año 2017, dos jóvenes dirigentes políticos, uno de ellos estudiante, fueron asesinados. El pasado 6 de abril cuando el presidente Juan Guaidó, convocó a la calle, nosotros salimos a protestar y aquí llegaron los grupos colectivos armados, amenazando con pistolas, a mí me pusieron el arma en el estómago. Yo temo por mi vida”.

Por su parte el diputado a la Asamblea Nacional de Venezuela, Franklyn Duarte, a quien le fue marcada la vivienda donde habita con su esposa y tres hijos, llamó a la población y a la dirigencia opositora a no tener miedo y continuar en la lucha por la libertad y la democracia de Venezuela. “Lo que han hecho no es más que un acto de terror sicológico. Qué sea lo que Dios quiera, así nos lo hemos planteado desde que inició la lucha en el 2019”.

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