En la bodega de un barco ubicado en un muelle privado de Cartagena, Bolívar, se encuentra una carga de aleta de tiburón a la espera de un permiso especial por parte de la Autoridad Nacional de Acuicultura y Pesca (Aunap), que permita su exportación.

Una encima de la otra —a una temperatura de -35 grados centígrados— permanecen decenas de aletas caudales, dorsales, pectorales y ventrales, de tiburones que años atrás nadaban en el mar Caribe colombiano.

“Es una carga grande, muy grande… ¡quién sabe cuántos escualos tuvieron que morir para llenar esa bodega! se lamenta un hombre que sabe que ese subproducto congelado, desde hace más de tres años, supera las ocho toneladas, un equivalente a la tercera parte de un contenedor marítimo.

Inicialmente su destino era el este asiático para ser el insumo principal de la costosa sopa que se sirve en matrimonios, negocios, fiestas y otras celebraciones. En la cultura china ofrecer ese plato representa estatus social, buena salud y prestigio.

Sin embargo, al no poder sacar la carga del país, las aletas, atadas a los cuerpos de los tiburones, están guardadas en el barco, mientras la Aunap define la situación.

El propietario de la carga es el ciudadano taiwanés, Chin Tien Chen, quien en 2004 arribó a Colombia proveniente de Costa Rica. Ese mismo año inició un negocio de pesca marítima, transporte y cabotaje, en el departamento de Bolívar a través de Imanely S.A.S., sociedad constituida el 23 de marzo de 2006, ante la Cámara de Comercio de Cartagena, de la cual es representante legal.

Adicionalmente, la empresa tramitó un permiso de ‘pesca comercial e industrial de atún y otros peces en el Caribe colombiano’, ante la Aunap. Para realizar esta labor, vinculó al barco de su propiedad ‘Haleluya’, construido en Taiwan, provincia de China, pero con bandera inicialmente colombiana y luego de Tanzania.

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Esta embarcación es una de las dos que quedan actualmente como flota industrial atunera en el Caribe colombiano.

Para ese tiempo (2005), Imanely S.A.S. además de la pesca de atún, comenzó a hacer aprovechamiento de tiburón y faena tras faena acumuló escualos, como también se denomina a estos depredadores, y sus aletas, para ser exportados enteros y congelados a Hong Kong, presuntamente de manera irregular, según informaron fuentes confidenciales.

De esta forma, en 2007 Imanely S.A.S. realizó una comercialización internacional de tiburón congelado y pez dorado, a través de una agencia aduanera. Lo mismo hizo en 2008, 2009, 2011-2014, años en que exportó aleta y tiburón congelado, según datos de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales de Colombia (Dian).

Así, la empresa se convirtió en proveedora de la importadora Tak On Sharks Fin Company Limited, con sede en China, a donde habría realizado exportaciones por la ruta: Cartagena – Puerto de Manzanillo (México) – Los Ángeles – Hong Kong, indican reportes de comercio internacional.

¿Cómo hizo Imanely S.A.S. para sacar dichas cargas si su permiso era para pescar atún?

Es lo que se pregunta una fuente experta en el tema: “No sabemos cómo lo hizo. La empresa tenía autorización para pescar atún, no tiburón y menos exportar aletas”.

La pesquería de atún es la que captura mayor cantidad de tiburones en aguas profundas como pesca incidental, es decir, extrae peces grandes, escualos, tortugas o delfines, que no son su objetivo principal. Esto, debido al tipo de herramienta o ‘arte de pesca’ que utiliza: el palangre o long line, que consiste en una línea madre de gran longitud que sostiene a otras extensiones de anzuelos que se profundizan mientras izan una carnada que atrae a los peces.

Aunque la pesca industrial de tiburones está prohibida en el país, si ocurre pesca incidental, es posible comerciar los productos y subproductos de tiburón. Este pez es considerado, salvo algunas especies amenazadas de extinción, como ‘recurso pesquero’, es decir que se puede comerciar.

En este sentido, el porcentaje por pesca incidental no debe superar el 35% del total de la faena, según la normatividad actual.

A finales de 2017, mientras Imanely S.A.S. iniciaba los trámites para exportar las ocho toneladas que están en el barco, se enteró de que no las podía comercializar como anteriormente lo hacía, porque la Aduana exigía una autorización especial.

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Para ese entonces la Aunap había expedido la Resolución 1743 de 2017 que unificó todas las normas sobre el manejo del denominado ‘recurso tiburón’ y la exportación de aletas.

En su intento de seguir con el trámite, Imanely S.A.S. pidió certificación de que la carga era resultado de pesca incidental. Dicha certificación le fue otorgada por la Aunap Barranquilla, después de una verificación de los reportes de desembarques, es decir que la aleta correspondía a una pesca legal.

Pero lo que realmente requería la empresa era una Resolución de permiso especial que permitiera la exportación, que solo otorga la Autoridad de Pesca, en la sede central de Bogotá, previos requisitos.

Como la empresa no tenía dicho permiso para la exportación, envió la solicitud a Aunap Bogotá y tres años después no ha recibido respuesta de la entidad. Es por esa razón que la aleta permanece en el barco y va de aquí para allá a las faenas de pesca.

La probabilidad de que las aletas sigan guardadas en el barco es alta, porque este medio conoció de manera extraoficial, que Aunap no entregaría la Resolución de exportación.

Esto se debe, entre otros factores, a que el barco Haleluya registra un incidente hacia 2009-2010, cuando en el momento de la inspección en puerto —después de una larga faena— descargó 28 toneladas de pesca. De estas 25 eran de tiburón y solamente tres de atún, este último se suponía era la pesca objetivo.

A raíz del caso, dos funcionarios del ICA, entonces encargado de los asuntos pesqueros, se embarcaron en el Haleluya para hacer monitoreo durante 18 días, y verificaron que efectivamente el barco estaba dirigiendo la pesca a la captura de tiburón por las artes de pesca y mecanismos que utilizaba.

Tanto Imanely S.A.S. como su representante legal no recibieron sanción, porque en el momento de los hechos, no había normatividad sobre el tema, indicaron.

Como resultado de esta y otras situaciones, dos años después, la Autoridad de Pesca expidió la Resolución 0744 de 2012 en la que prohibió la captura dirigida a tiburones, rayas y quimeras (peces familia de los escualos) en el territorio marino costero, por parte de barcos industriales de bandera nacional y extranjera, al tiempo que reglamentó el palangre.

Se estima que el volumen de la aleta corresponde entre el 6 y 8% del cuerpo total del tiburón, dependiendo el tamaño y la especie, por lo que un animal de 100 kilos tendría 8 kilos de aleta.

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Al hacer el ejercicio de cuántos animales equivalen a ocho toneladas, un técnico especializado en pesca marina consultado por Red Prensa Verde explicó que es muy relativo promediar porque depende de la talla.

“Hay tiburones de 5, 30, 50, 60, 80 y 100 kilos en una sola pieza. Sin embargo, haciendo un promedio en tallas de 10 a 100 kilos, teniendo en cuenta que estos barcos industriales no capturan tiburones de muy bajos tamaños; el promedio estaría en 55 kilos. Siendo así, por cada tonelada serían 20 piezas, es decir, la carga que está en el barco podría corresponder a unos 160 animales. Es posible que la cifra aumente a medida que la talla vaya disminuyendo, podrían ser entonces entre 300 o 400 animales, dependiendo de su tamaño¨.

Aunque el barco estuvo parado en puerto por varios meses, la empresa se mantiene activa y pronto saldrá nuevamente al mar. Imanely S.A.S. realiza unas seis faenas al año y ha seguido renovando el permiso anual de pesca de atún por el que debe cancelar una tasa anual de $1’900.000.oo (US$600).

Esta firma también ha realizado contratos en años anteriores con entidades como el Instituto de Investigaciones Marinas (Invemar) y organizaciones como Conservación Internacional para trabajos de monitoreo de pesca.

El director de la Aunap, Nicolás del Castillo, no respondió a las solicitudes de este medio que buscaban saber por qué la entidad no ha resuelto la situación de la carga desde 2017 y en caso de no conceder el permiso que permita la exportación, cuál será el destino de la aleta y los cuerpos almacenados en el barco.

A partir de datos de la Dirección de Impuestos y Aduanas consultamos las exportaciones de Imanely S.A.S., desde 2007 hasta la fecha, encontrando que entre 2007 y 2014 exportó 111,82 toneladas por 283.725 US$ FOB, entre aleta, escualos congelados, atún y pez dorado.

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La sigla FOB (Free On Board, Libre a bordo, puerto de carga convenido) se utiliza en las claúsulas de comercio internacional, para operaciones de compraventa en las que el transporte de la mercancía se realiza por barco, ya sea marítimo o fluvial.

Según los registros, el año que envió el mayor volumen de aleta fue en 2011 con 18 toneladas (aleta y tiburón congelado) y el 2007 con 32,88 toneladas entre escualo congelado y pez dorado.

El único año que exportó atún, de los reportados, fue en 2016 con 23,44 toneladas que representaron US$ FOB 46.880.

La empresa no registra información de exportaciones para los años 2010, 2015, 2017 y 2018.

Mediante derecho de petición, la Aunap informó que actualmente en Colombia solamente hay una empresa autorizada para la exportación de aletas de tiburón.

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Se trata de CI Pacific Trading Group S.A. Sociedad de Comercialización Internacional, cuya autorización corresponde a la Resolución No. 0162 del 18 de mayo de 1999, prorrogada año tras año, en más de 20 años que lleva realizando esa actividad. Dicho permiso corresponde a las especies Carcharhinus spp, Mustelus spp, galeorhinus galeus, Squalus spp,… 

Esta empresa aparece con origen en Buenaventura. Fue creada en 1991 e inscrita en la Cámara de Comercio de Cali, con planta procesadora en Yumbo (Valle), y su representante legal es José Mario Múnera.

Está dedicada a los servicios de redes subterráneas de agua, alcantarillado, entre otras actividades, y a la compra, venta y exportación de aleta seca proveniente del Pacífico y el Caribe, lo mismo que de buche de pescado, y demás productos de mar.

Según reportes de la Dian, entre 2008 y 2018, exportó 92,98 toneladas entre aletas secas, pescados, salmones del Pacífico, varas de hierro, entre otros productos no discriminados individualmente, por US$ FOB 6.921.984.

Un trabajo de grado de la Universidad Autónoma de Occidente, de 2018, indica que la empresa “anteriormente comercializaba dos toneladas de aleta bimestralmente, con una utilidad de $50.000.000 (US$ 16.600).

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Para exportar aleta, esta empresa paga al Estado cada año 52.5 SMLDV, equivalentes a $1.367.174.oo, discriminados así: 30 salarios mínimos día por el volumen de procesar 50 toneladas al año y 22.5 por la actividad de exportación, según datos consignados en la Resolución 1172 del 21 de mayo de 2018. Según la entidad, desde enero de 2018 la empresa no exporta ese subproducto.

José Luis Múnera, representante legal de CI Pacific Trading Group S.AS., se negó a brindar información sobre el proceso de comercio exterior de aleta de tiburón hacia China y los detalles de cómo ha desarrollado su negocio en las últimas dos décadas.

Director:  Habib Merheg Marún