Muy a pesar de los reclamos por parte de las comunidades negras e indias del litoral pacífico, la Cámara aprobó los apartes del Plan Nacional de Desarrollo que le dan luz verde a la construcción de este puerto. La decisión, pese a que falta la aprobación del Senado, genera preocupación para las comunidades y los expertos. Se estima que 1.000 hectáreas de manglar en el Pacífico serán destruidos con esta intervención.

Las comunidades de Tribugá,
uno de los nueve corregimientos
de Nuquí (Chocó), no quieren
un puerto.

Su posición tiene sentido: aunque una obra de este tipo promete puestos de trabajo, desarrollo y carreteras para una región que bien lo necesita, la construcción de esta obra implica pasar por encima de un territorio protegido por ellos, el Distrito Regional de Manejo – Cabo Corrientes. Un ecosistema del que no solo dependen las comunidades gracias a la pesca artesanal, el corte y uso de los manglares y el ecoturismo, sino donde viven alrededor de 8 especies de mangles, anidan tortugas sobre 971 hectáreas de playas, pianguas y pequeños moluscos que son la base de la alimentación en la zona. Pero ayer la Cámara de Representantes aprobó su construcción.

Ahora toca esperar a que el Senado sea más consciente de los reclamos de esta comunidad y entiendan que al ser ellos los afectados, debería escucharse su voz, ¿O será que solo en elecciones es que se presta atención a estas comunidades?