Cuando en la década de los 70’s Gilberto Rodríguez abrió su primera droguería con la marca La Rebaja, jamás pensó que lo que sería una idea más para lavar plata proveniente de sus actividades ilícitas se convirtiera en la cadena de droguerías más importante de Colombia y, menos, que se convirtiera en la papa caliente que ha sido hasta el día de hoy cuando a escasas semanas de su muerte en una cárcel de Estados Unidos donde cumplía una larga pena por narcotráfico, un tribunal de Bogotá determinara en segunda instancia que la empresa con mas de 800 puntos de venta pasará al control total del estado por tener sus orígenes en dinero mal habido.

La historia de La Rebaja es un cuento entre lo policíaco y el emprendimiento de buena fe. Lo policíaco por el origen y sus intenciones de ser una lavandería del narco y el emprendimiento porque después de todos los líos judiciales de sus fundadores y sus herederos, los propios trabajadores de la empresa asociados en una cooperativa deciden comprar la cadena a los herederos y administrarla con buenos resultados.

Pero los líos con la justicia nunca acabaron y la huella de su origen ilícito que la llevó entre otras cosas a figurar en la lista Clinton, provocaron que ayer el fallo del tribunal en segunda instancia determinara que la empresa pasara a control total del estado a través de la SAE (Sociedad de Activos Especiales) donde se administran los bienes decomisados o en extinción de dominio.

Será el nuevo gobierno nacional el que decidirá qué recetar y en qué dosis a este paciente que por mas de 40 años no se mejora del todo.

Habib Merheg Marún