Por Mauricio Marulanda

Démosle un fuerte aplauso a todos aquellos super humanos que salieron a festejar la final del Santa Fe y el América de Cali, otro aplauso para los que organizan fiestas clandestinas sin importarles la realidad dela pandemia. A todos ellos les debemos el nuevo confinamiento que tiene inicio hoy en varias ciudades del país.

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Hace unos días, mientras estaba en el supermercado comprando alimentos, le pedí a u joven como de 30 años que por favor que usara su tapabocas y estalló una ola de insultos por parte de él, en donde su argumento se basaba en era su vida y él vería si lo usaba o no, me insulto y desafió delante de todos y los presentes sólo se quedaron en silencio, ajenos a la realidad.

Ese es el problema en Colombia, la ignorancia y la intolerancia es mortal, un partido de fútbol está por encima de toda sensatez, la horda de ignorantes y prepotentes ciudadanos que creen que son inmortales nos tiene jodidos a los demás.

Mal uso del tapabocas, recurrente en Cúcuta

Para rematar, la imagen de la autoridad está tan deteriorada, que si la policía interviene arrestando al ciudadano que sufre de importaculismo, saldrán los vídeos de la ciudadanía asegurando que se trata de brutalidad social y abuso de autoridad.

Pero apenas se decreta el confinamiento y las consecuencias que tiene para la sociedad, surge el grito desesperado de la sociedad que exige que el gobierno debe pagarles un salario por estar en sus casas, en otras palabras debemos comprarles la conciencia para evitar que sigan contagiando al resto de la comunidad.

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Como activista, me he declarado en guerra contra la corrupción y la manipulación política del país, pero me dejan sin argumentos para defender la estupidez de algunos, que exponen a sus tíos, abuelos y personas mayores de 60 años, a los que no les importa el fútbol nacional, pero que terminan contagiados porque sus adorables sobrinos, hijos y nietos se lanzan de manera suicida a las grandes conglomeraciones por brindarle apoyo a su equipo de alma. ¿Y que hay de sus madres o abuelos? ¿Acaso ellos no han dado sus vidas para sacar adelante a la familia? ¿Vale más ser hincha del Santa Fe que proteger a los tuyos?

Pero ahí no para el asunto, esos padres y abuelos llegan a las UCIs y ahora si vemos a los inmortales hinchas gritando por las redes sociales que están dejando morir a la gente. Así son las cosas en este país, tras de haber sido el ente de contagio, ahora enfilan su ira contra médicos y centros hospitalarios. Esa es Polombia!

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El gobierno también tiene su tajada de culpa, no es posible que a pesar de la actual situación mundial de la pandemia, el gobierno no suspende el torneo de fútbol, así como por decreto nos obliga a vivir con la miseria de aumento del salario mínimo. Para unas cosas (las que le conviene), usa la vía del decreto de ley y para las que son verdaderamente importantes, se hace pendejo nuestro presidente.

No hay manera de sentirnos optimistas para este 2021, cuando desde ya vemos un inicio de año que nos lleva a un nuevo confinamiento y que pronto tendrá que obligar a una militarización del país para castigar con severidad a los infractores de la medida de seguridad. Exigimos que se nos trate como ciudadanos de Dinamarca, pero nos comportamos como los de Cundinamarca. Creemos que todo debe ser responsabilidad del gobierno, pero en realidad nada hacemos para aportar a la gravedad de la situación.

Más del 80 por ciento de mayores de 60 años y sectores de altos ingresos  apoyan vigilancia policial de la pandemia - Universidad de Chile

¿Qué tal si dejamos de ser tan inconscientes con el resto de la sociedad y ponemos un granito de arena a ver si superamos esta crisis?

Mauricio Marulanda