OPINIÓN: KICO BECERRA

Hay cosas que no hay que dejar pasar, sin cuestionarlas a fondo; gústele a quien le guste.

Que el presidente Petro haya citado a Consejo de ministros y, después, a los altos funcionarios con sus cónyuges, para celebrar la navidad en Casa de Nariño y no haya asistido a ese acto, es una patanería, a todas luces inaceptable.

Lo que es peor es que, se supo que estaba en la casa privada y, por su estado de embriaguez, no lo dejaron bajar. Primero que estaba enfermo y, ahora resulta que, lo que es un borracho. Espantoso ejemplo; ojalá corrija.

Que el mamarracho del ex Senador Bolívar diga que, el Congreso es centro de trata de blancas y que, todas las niñas agraciadas que trabajan ahí, son sometidas a la prostitución, es una acusación demasiado grave para que quede simplemente en una entrevista. Es un delito no denunciar la comisión de delitos; Bolívar debe denunciar y presentar pruebas, si las tiene. Dejar en entredicho a todas las mujeres trabajadoras de Congreso, merece una seria investigación, para aclarar esos hechos. Lo mismo en relación con la acusación de que el 60% del congreso es corrupto; eso de querer salvar al 40% de sus ex colegas es complicidad. Todo el País sabe que, el 90% de los congresistas es torcido, comenzando por Bolívar.

La toma del Congreso de Brasil por simpatizantes de Bolsonaro es una burda copia de lo que hicieron los de Trump en USA; es a Bolsonaro a quien le hace daño; tuvo que salir a rechazar ese procedimiento y fortaleció a Lula; idiotez, mayúscula.

Que nuestra sabrosa Francia, vicepresidenta y ministra de la igualdad, en su primera declaración al posesionarse como ministra sea que, lo primero que hará es “reestructurar el ministerio que le crearon a ella” que es la primera ministra de la igualdad, solo tiene un nombre: Estúpida verborrea.

Ñapa: Criticar y sacar comunicados aplaudiendo los desmanes del Perú y criticando los de Brasil, se llama doble moral.

Ñapita: Llorar por los muertos de la dictadura de Pinochet y no derramar ni una lágrima por los del Palacio de Justicia de Bogotá, es una gran incoherencia.