Luis Gonzalo Suárez y Sandra Salazar Diosa murieron ahogados luego que su vehículo entrara al agua acumulada en el deprimido de Los Músicos en la ciudad de Medellín. No cayeron a un río caudaloso, no. Ni naufragaron en medio del mar. Su carro llegó al lugar, el agua y el barro lo detuvieron y por extrañas circunstancias no pudieron abrir las puertas para salir.

Según el periódico El Colombiano, la presión del agua habría bloqueado las puertas. ¿Tan inmensa era la inundación? Señala también que el agua al entrar al vehículo habría afectado el sistema eléctrico y esto impidió abrirlas. ¿Tan inseguro es un carro tan moderno?

Otras fuentes señalan que el blindaje de los vidrios impidió que algunos ciudadanos que se acercaron pudieran romperlos y rescatarlos.

Hace 35 años, 5 músicos murieron ahogados allí también y a ellos se debe el nombre del deprimido. Murieron un día del Amor y la Amistad. Se salvó el chofer del Dodge Coronell en que viajaban, un carro que ni era blindado ni contaba con tanta tecnología como el que encerró hasta la muerte a dos colombianos en plena ciudad de Medellín.

La historia se repite de manera absurda.

Habib Merheg Marún