Opinión: Iván Cancino

El caso Santrich: ahora resulta que por cuenta de este narcoterrorista de las Farc el país va a terminar patas arriba. Por favor, este sujeto no es congresista (porque nunca se posesionó) y su juez natural está en el complejo judicial de Paloquemao, en Bogotá. No sobra recalcar que el tema de su extradición a Estados Unidos (por narcotráfico) no puede ser enterrado por la posición inicua que tomaron tres magistrados de la desprestigiada JEP. A propósito de las Farc, fue buenísima la vaciada que le metió Timochenko a su camarada Iván Márquez. Eso le dijo de todo, como máximo dirigente de la organización (hoy política, antes narcoterrorista). Lo simpático es que es un bandido regañando a otro bandido. Viéndolo bien, las Farc hacían falta en el escenario político del país para una cosa: hacernos reír a todos a carcajadas.

La doble instancia: desde hace rato hemos venido dando una pelea elemental: que todo ciudadano tiene derecho, ante una eventual condena en su contra, a que su sentencia sea revisada por una segunda instancia. Pero muchos fanáticos, en este país politizado, nos han querido comer vivos con el cuento de que la segunda instancia es para ayudar al exministro Andrés Felipe Arias. La reciente sentencia de la Corte Constitucional lo dijo claro: doble instancia para todo el mundo, incluso para los aforados. Ah, y eso sí: con retroactividad.

La denuncia de The New York Times: a los militares que tanto queremos y respetamos va este consejo: no se pongan tan ariscos (ni a adelantar absurdas investigaciones internas) por el hecho de que el periódico más prestigioso del mundo haya advertido sobre el eventual regreso a Colombia de los llamados “falsos positivos” (o ejecuciones extrajudiciales de civiles a manos de militares). Lo que hizo el periodista Nicholas Casey fue alertar con un contundente artículo para que esa página de horror no vuelva a ocurrir en nuestro país.

Nicholas Casey
Nicholas Casey

El nuevo fiscal general: no me cabe duda de que el presidente Iván Duque enviará una terna de lujo a la Corte Suprema para que elija al sucesor de Néstor Humberto Martínez. A propósito, por el doctor Martínez siempre mantuvimos y mantenemos el mejor concepto, pero alguien con tantos intereses no debió meterse en una empresa del tamaño de la Fiscalía. Al gobernante Duque el país entero le pide que escoja a tres abogados probos y preparados. En lo personal, me encantaría que fueran tres mujeres. Eso sí, presidente Duque: no les pare bolas a los mamertos que tratan de presionarlo para que meta en la terna a abogados de su misma tendencia política.

José Obdulio: alguna vez en El Espectador dije que mi cliente más polémico era José Obdulio Gaviria, pero advertí que era al que más admiraba por valiente, frentero e inteligente. El martes José Obdulio se enfermó en las instalaciones del Congreso. En principio se pensó lo peor, pero gracias a Dios las cosas se aclararon con las horas y todo terminó en que el conspicuo senador del CD sufrió un desmayo. Qué bueno por mi amigo. Que se recupere pronto porque el país lo necesita.

José Obdulio se infartó durante una sesión del Senado y fue Auxiliado por Senador de las FARC

James Rodríguez: estúpidos quienes critican al 10 de nuestra selección por su nueva relación con la bellísima venezolana Shannon de Lima. Envidiosos los que dicen que esa mujer lo va a acabar. La fama y el dinero van de la mano y parece que James lo entiende así. Lo que sí me da lástima de este amorío es que en la mitad quedó la hermosísima Daniela Ospina.