El embajador ante el gobierno de Estados Unidos, Luis Gilberto Murillo, al manifestar su complacencia por la decisión del Reino Unido de retirar la visa de turismo a los colombianos anunció vía Twitter que “…ya formalizamos una solicitud similar al gobierno de Estados Unidos con el fin de eliminar este mismo tipo de visado”.

En la actualidad obtener una visa de cualquier tipo para entrar a Estados Unidos es una labor titánica que exige paciencia y tener la suerte de ganador. De ganador de Baloto.

Paciencia porque las citas en la embajada están siendo asignadas hasta para dentro de dos años y suerte porque, como dice Juan Luis Guerra en su canción Visa para un Sueño, “mil papeles de solvencia” no bastan ante los cónsules estadounidenses y “no le dan pa’ ser sincero…” aun cuando el solicitante tenga las más buenas intenciones.

Que el Reino Unido retire el requisito de visa para los colombianos estando su país a un inmenso océano de distancia es una cosa. Pero que lo haga Estados Unidos a donde se puede llegar casi que en bus, es otra.

El escritor William Ospina contó en una columna de El Espectador hace varios años, lo que pensaba Fidel Castro sobre los denominados “marielitos”, una migración numerosa que hubo desde Cuba hacia Estados Unidos alguna vez que el gobierno norteamericano anunció que recibiría a todo cubano que lograra llegar a sus costas. Castro le restaba importancia al número inmenso de cubanos que salieron preguntándose qué pasaría en Colombia el día que sus ciudadanos pudieran entrar sin visa. La respuesta es obvia: cientos de miles se marcharían. Ese es, seguramente, el obstáculo más fuerte que tiene el embajador Murillo para conseguir su propósito.

Habib Merheg Marún